miércoles, 14 de diciembre de 2016

MORALES Y MACRI, LA LEGALIDAD AL ESTILO VYSHINSK



Ya en anteriores oportunidades nos hemos referido desde estas líneas a la ilegal situación de privación de libertad que sufre la militante social Milagro Sala y las responsabilidades compartidas del Gobierno de la provincia de Jujuy y del Gobierno Nacional
Ahora bien, ante la clara evidencia que la situación se le ha escapado de las manos a la dupla gobernante en esa provincia -Gerardo Morales (UCR-Alianza Cambiemos) y Carlos Haquim (Frente Renovador)-, el señor Presidente de la Nación manifiesta expresamente su fastidio por tener que responder a la legítima presión internacional  para que la justicia provincial libere a la líder de la Tupac. 
Con reclamos puntuales, iniciados por el Grupo de Trabajo de la ONU sobre la Detención Arbitraria de Personas, Amnistía Internacional, el secretario General de la OEA, el Primer Ministro de Canadá y la Comisión Interamericana de Derechos Humanos, la comunidad internacional ha puesto su atención a las graves violaciones de los derechos humanos en perjuicio de Milagro Sala.
Tal vez, el fastidio que le origina la preocupación internacional por la militante social Milagro Sala, haya  perturbado el pensamiento del señor Presidente, quien en un exabrupto de neto corte fascista carente del republicanismo que siempre reclama, expresó:
“A la mayoría de los argentinos nos ha parecido que había una cantidad de delitos importantes que se habían cometido por parte de Sala, que ameritaba todas esas causas que tiene abiertas. Es importante que esta información sea compartida por todo el mundo".
Lo que el señor Presidente parece ignorar  y debería saber –ya que hasta un recién iniciado estudiante de derecho lo sabe- es que nadie puede ser sometido legítimamente a detención sólo porque la mayoría de la gente lo cree.
De conformidad con la normativa nacional e internacional vigente en materia de Derechos Humanos y las garantías constitucionales en el proceso penal, en la investigaciones criminales, la libertad de la persona sometida a proceso en la regla.
En relación al tema puntual de la detención ilegal y arbitraria de Milagro Sala, lo expresado por el Grupo de Trabajo sobre Detención Arbitraria -mecanismo creado por el Consejo de Derechos Humanos de las Naciones Unidas – me exime de mayores consideraciones.
El señor Presidente, defiende férreamente la ilegal privación de la militante social Milagro Sala, toda vez que esa detención ilegal  expresa claramente el modelo punitivo típico de su clase, un modelo punitivo con claros componentes del Derecho Penal del Enemigo, anclado en la cuestión racial.
Ya ante los primeros reclamos de la comunidad internacional el señor Gobernador, Gerardo Morales, expresó: “Yo a esa mujer no la libero”, en una clara demostración de la falta de independencia del Poder Judicial de “su” provincia, y de cómo el encarcelamiento de Milagro Sala sólo tiene fundamento en su interés y necesidad personal.
Así, las expresiones del Gobernador y del Presidente, vienen a confirmar la “disfuncionalidad” que representa para el Estado Neoliberal la compañera Milagro Sala, en tanto militante social que brega por el reconocimiento de la dignidad y derechos de sus pares.
"Dadme una persona y yo le encontraré un delito" es la frase atribuida a Andréi Yanuárievich Vyshinsk, el temido procurador general de la URSS (1935), la perversa mente creativa detrás de la gran purga que llevó a cabo José Stalin, mediante los célebres juicios de Moscú. Se trataba de falsos procesos públicos.
Vyshinski tenía como modelo a Roland Freisler, Presidente del Tribunal Popular en la Alemania de Hitler. Freisler fue uno de los más temidos e implacables jueces del nazismo; escenificaba farsas judiciales con su manera grosera y humillante de dirigirse a los encausados.
Ya es tiempo que se entienda que todos los órganos del Estado, deben apegarse a derecho. Y los jueces con más razón.
Es de desear que para estas Fiestas no haya presos/as políticas en la Argentina y Milagro este libre para esta Navidad.



Víctor E. Hortel