Dividir a los adversarios, partirlos en dos y enfrentarlos
entre sí es la estratagema militar y política más antigua de todas.
Quita esencia de la estrategia romana para sojuzgar al mundo,
la maniobra “Divide y reinarás” tiene una particular relevancia para el mundo
de la política electoral.
En política y psicología, divide y vencerás o dividir para
reinar (del griego: διαίρει καὶ βασίλευε, diaírei kaì basíleue) es ganar y
mantener el poder mediante la ruptura en piezas de las concentraciones más
grandes, que tienen individualmente menos energía. El concepto se refiere a una
estrategia que rompe las estructuras de poder existentes y evita la vinculación
de los grupos de poder más pequeños. Podría ser utilizada en todos los ámbitos
en los que, para obtener un mejor resultado, es en primer lugar necesario o
ventajoso romper o dividir lo que se opone a la solución o a un determinado problema
inicial.
Las máximas latinas divide et impera (pronunciado: dívide et
ímpera, «divide y domina»), divide et vinces, divide ut imperes y divide ut
regnes,1 fueron utilizados por el gobernante romano Julio César y el emperador
corso Napoleón.
En política y sociología, se utiliza para definir una
estrategia orientada a mantener bajo control un territorio y/o una población,
dividiendo y fragmentando el poder de las distintas facciones o grupos allí
existentes, de tal manera que no puedan reunirse en pos de un objetivo común.
De hecho, esta estrategia ayuda a prevenir la formación de una serie de
entidades tal vez más pequeñas y a la vez con menos contradicciones internas,
cada una titular de una fracción de poder, y con posibilidades de eventualmente
unirse entre sí, formando un solo centro de autoridad, o sea, una nueva y única
entidad más relevante y peligrosa. Y precisamente, para evitar uniones y
entendimientos, el poder central tiende a dividir y a crear disensiones y
desconfianzas entre las distintas facciones, a fin de disminuir las
posibilidades de uniones y entendimiento en contra de sí misma.3
Abraham Lincoln y Richard Nixon resultaron elegidos por una
cantidad menor al voto mayoritario, ambos dividieron y reinaron.
Lincoln adoptó una fuerte posición en el tema de la
esclavitud mientras preparaba su candidatura a la presidencia, en parte para
dividir a sus contrincantes demócratas y debilitar sus rangos.
Nixon, por otro lado, no adoptó ninguna postura sobre la
guerra de Vietnan cuando se presentó a candidato en 1968, esquivando el tema de
modo que la división que ya desgarraba al Partido Demócrata se mantuviera y le
dejara así una brecha abierta por donde acceder a la presidencia.
Es la estrategia de promover motivos de recelo y discordia
entre las fuerzas de la oposición para evitar que se unan contra el poder
central.
La frase habla de una forma de debilitar al adversario en
lugar de potenciar las fuerzas propias.
No se trata de respetar derechos o buscar el mejor proyecto,
sino de conservar el poder
Lo contrario es la cohabitación, la alternancia en el poder.
Es el par dialectico “integración/ dispersión”.
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