viernes, 6 de noviembre de 2015

DISQUISICIONES SOBRE LA LEALTAD






Es fácil hablar de Lealtad cuando no se ha sido víctima de una traición.

Es fácil acusar de traición, cuando uno es el juez de su propia Lealtad.

Es fácil hablar de Lealtad, cuando el Líder, sólo decide a favor nuestro todo lo que nos conviene o nos gusta.

Es  fácil hablar de Lealtad, cuando se reconoce nuestra dignidad, sin tener que brindar nada a cambio.

Es fácil ser leal cuando las brizas de la bonanza nos acarician el rostro.

Por eso algunos decidimos ser Leales también en los momentos difíciles.

Decidimos ser Leales también en los momentos de incertidumbre.

Decidimos ser Leales también cuando el Líder toma decisiones que no vienen tan adornadas de consensos o beneficios.

Decidimos ser Leales también cuando el Líder toma riesgo en el momento de peligro.

Decidimos ser Leales también cuando el desasosiego de la incertidumbre no nos permite ver el horizonte lejano.

Claro que podemos equivocarnos, pero preferimos equivocarnos en estado de Lealtad hacia nuestro Líder, que tener razón cubiertos de traición.

Y si las consecuencias nos resultan adversas tenemos el coraje para afrontarlas.

Manteniéndonos Leales, decidimos afrontar lo que sea con el coraje de la dignidad, preferimos eso, a ser pensados como cobardes traidores.



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