jueves, 8 de octubre de 2015

ESTRATEGIA. ESTRATEGIA POLÍTICA. ESTRATEGIA PERONISTA.







ESTRATEGIA

El término estrategia, según el diccionario de la Real Academia, es: "el arte de dirigir operaciones militares o también, habilidad para dirigir un asunto". Etimológicamente, proviene del griego: " el arte de los generales o strategos, combinación de dos palabras stratos -ejercito- y ago -dirigir".

De allí que la historia y la terminología de la estrategia este asociada al arte militar, como también lo están términos como " conductor, objetivo, misión, escenario, conflicto etc". También del arte militar provienen los grandes referentes teóricos como Sun Tzu (el arte de la guerra), von Clausewitz (de la guerra) y Beaufre (disuasión y estrategia).

La diferencia entre la estrategia militar y la estrategia política está en el ámbito de sus incumbencias, en tanto la estrategia militar se basa en la existencia del conflicto, la estrategia política se centra en el gobierno. 

Peter Drucker al hablar de estrategia señala: "...es el proceso continúo que consiste en adoptar ahora las decisiones (asunción de riesgos) sistemáticamente y con el mayor conocimiento posible de su carácter futuro; en organizar sistemáticamente los esfuerzos necesarios para ejecutar estas decisiones y en medir los resultados de esas decisiones comparándolos con la expectativa mediante la retroacción sistemática...". Luego agrega que: "...el planeamiento estratégico significa pensamiento analítico y el compromiso de los recursos con la acción...".(Peter Drucker. " Concepts of the corporation". 1946).

En esta inteligencia la "dirección estratégica" es entendida como la función -a cargo del máximo nivel de conducción- de formular, implementar y evaluar decisiones que permitan a una organización alcanzar sus objetivos.

Históricamente, en términos de "conducción" o "decisión", se reconocen básicamente tres niveles en las llamadas teorías de sistemas estratificados, estos tres niveles son: a) estratégico; b) organizacional / planificación y c) táctico.

Elliot Jaques describe estos niveles del siguiente modo:
a) Nivel Estratégico: Se refiere a la cumbre de la organización. Su función central es crear y aplicar políticas, en otros términos, decisiones estratégicas complejas frente a las incertidumbres del ambiente externo. En el caso de nuestro país, en la actualidad, es el caso de la Sra. Presidenta de la Nación; también algún Ministro.
b) Nivel Organizacional / Plantificación: Es el que actúa como nexo entre el dominio estratégico y el táctico. Su responsabilidad se centra en planificar la ejecución y supervisión de las estrategias y las políticas definidas en el nivel anterior.
c) Nivel Táctico: Supone la conducción de las acciones que derivan de las políticas y la resolución de los problemas concretos.

Luego, el proceso de decisión estratégica se asienta en la necesidad de evaluar continuamente los acontecimientos internos y externos, de modo de realizar oportunamente los cambios de rumbo requeridos. Así el ambiente de la decisión estratégica es caracterizado por la complejidad, la incertidumbre, la volatilidad y la ambiguedad.

ESTRATEGIA POLÍTICA.

El decir político tiene un ámbito que se refiere a la compleja relación entre el gobernante y su contexto social. El dirigente aparece como parte de un juego de anticipaciones y de rápidas reacciones o correcciones frente a los cambios ambientales. 

Los cambios en la actitud de la oposición, los reclamos de la población, la presión de los grupos de presión; en ese contexto, el gobernante debe actuar como un estratega, manteniendo una perspectiva amplia y no dejándose llevar por la coyuntura. 

El estratega debe imaginar los movimientos del adversario y ajustar sus propias capacidades a las nuevas realidades.

El estratega debe tener:  a) un patrón de acción y guías -que es su propia estrategia-; b) aptitud de formalizar alianzas y coaliciones, c) estructuras flexibles  -equipos, redes-; d) capacidad de aprender y e) capacidad de ajustar sus acciones políticas.

El estratega no busca el éxito del corto plazo, sino que busca avanzar con proyectos prioritarios y consolidarlos en pos del beneficio de la mayor porción posible de la población.

Obviamente el estratega debe considerar los efectos sociales de sus actos y el costo político, pues claramente uno de los objetivos del estratega en mantenerse en el poder.

La visión del estratega debe ser amplia y colocarse por encima de los intereses sectoriales y mas allá de la coyuntura. 

En el campo de la política, la estrategia es la capacidad de avanzar con los opuestos. La actitud de mantener los principios del gobierno a la vez que se modifican estructuras. De avanzar en lo esencial y conceder en lo postergable.

El estratega debe saber cuidar sus espaldas y a su vez tomar la iniciativa, debe saber tensar la cuerda como descomprimir cuando la situación lo exija.

ESTRATEGIA PERONISTA

En su tiempo, a la pregunta ¿ que hace la estrategia en la política?, el General Perón explicaba: "...Prepara las mejores condiciones generales para obtener el éxito táctico en las acciones parciales. Estrategia Política es la serie de medidas y acciones que la conducción general establece dentro del marco total, para preparar las mejores condiciones de la lucha táctica en los lugares donde ella se realiza..."

Luego, explicaba sobre la lucha táctica. "la lucha táctica, o sea la táctica política, es la acción puesta en movimiento en los sectores de acción política para vencer en la lucha dirigida contra los adversarios. Es decir, que quien hace la conducción general, el conductor, tiene por misión actuar en el campo político en forma tal que posibilite las mejores condiciones de lucha, en cada lugar que ella se realice..."

El ideal peronista de la conducción estratégica, ha de ser tratar de ejercer la mejor conducción estratégica, que ha de ser cumplida con una hábil y combativa acción táctica en los campos particulares.

El ejemplo que mejor explica y gráfica este concepto de estrategia, es el ejemplo de las "tres banderas" de la conducción política estratégica peronista, cuales son: a) la Justicia Social; b) la Independencia Económica y c) la Soberanía Política.

La razón de porque se habían establecido estas "tres banderas", según el entendimiento del General era que los adversarios políticos, se querían actuar, tendrían que tomar los mismos objetivos nuestros. "...nadie puede ir ya en este Pueblo contra la Justicia Social, contra la Independencia Económica o contra al Soberanía. Y si van, peor para ellos..."

De este modo, quienes realizan la lucha táctica tienen facilitada enormemente su acción política pues: "...tienen tres banderas irreemplazables, contra las cuales ni los adversarios pueden luchar..."

Para explicar la necesaria complementariedad entre la estrategia y la táctica el General Perón recurría al siguiente ejemplo: "...¿ cómo podría yo manejar, gobernar o conducir la política en la provincia de La Rioja, estando yo en Buenos Aires?, si allí hay una lucha local encauzada en un medio que desconozco, en una situación que varía diariamente y que yo también descononozco?. Yo necesito que esa lucha local la dirija alguien con conocimiento perfecto del lugar, costumbres, acción y situación diariamente variable. Esa es la conducción táctica; y así como yo no puedo permitir que ése que realiza la acción táctica me venga a  interferir o a dar las directivas de cuál será la conducción estratégica que yo llevo en el país, tampoco me puedo meter a enmendarle la plana al que sabe y conoce la situación local. (...) Yo mando en conjunto, pero no es detalle. Mando en conjunto creando las mejores condiciones para que  La Rioja esté en buenas condiciones y pueda desempeñar su lucha táctica y triunfar..."

Ahora bien, cabe preguntarse: ¿ cual es entonces el criterio que permite diferencias la estrategia de la táctica?. En respuesta el General afirma: "No hay una línea divisoria; hay un sentido común que dice hasta donde llega uno en su actividad y una prudencia que anuncia donde debe detenerse antes de invadir la jurisdicción de los demás, pero sobre todo eso hay un espíritu de amistad, de correligionario, de partidario, de doctrina, que le dice a uno que cualquiera sea la esfera de acción donde actúe, si lo hace con buena voluntad y para ayudar esta bien, y si lo hace con mala fe, con mala voluntad, para entorpecer o para producir fricción esta fuera de su acció y de su misión. Con buena fe y con buena voluntad, en todas partes; con mala fe y mala voluntad, en ninguna parte resultará eficaz..."

Así, en el pensamiento del General Perón, siempre que se tratare de conducción en el orden estratégico, la directivas debian ser grandes, con gran amplitud, dado que tales directivas debían ser cumplidas por todos en distintos lugares, circunstancias y tiempos. En la concepción peronista no se pueden dar órdenes que resulten ciertas en una parte e incierta en otras; que resulten buenas en una parte y malas en otras; débiles en un lado y fuertes en otro. Decía Perón: "...hay que dar directivas que permitan que los que tengan que ejecutarlas dispongan de un amplio campo para jugar dentro de todas las soluciones que se puedan presentar..."

POLÍTICA Y ESTRATEGIA (Análisis de la situación internacional realizado por el General Juan Domingo Peron, bajo el seudonimo de "Descartes", en  Febrero 15 de 1951, en el diario "Democracia")

"La conducción de la política internacional es una actividad donde los errores de previsión se pagan a más alto precio, donde el que la conduce no es suficiente que sea un buen funcionario del servicio exterior y en la que, como decía Napoleón, los hombres no son nada, “el hombre es todo”.

Hablando de cancilleres, remontemos nuestro recuerdo a Bismarck, el forjador de Alemania y autor de los famosos tratados de reaseguro contra “les cauchemars des coalitions”. Siendo él canciller, estableció la política prusiana que debía conducir a la unidad alemana a través de una acción sobre Austria primero y Francia después. Empeñada la guerra austroprusiana de 1866, cuyo desenlace fue la derrota de Austria, se suscitó un hecho profundamente aleccionador, con un casi incidente personal entre el Canciller de Hierro y el jefe de Estado Mayor, y conductor de las operaciones, coronel general Moltke. Este, como buen general, deseaba terminar la guerra, siguiendo el consejo de Claussewitz, con el aniquilamiento de los austriacos, ya vencidos, a lo que se opuso Bismarck, que se inclinaba a aceptar una rendición sin imponer mayores sacrificios ni afrentas a los vencidos, a fin de atraerlos a una amistad honrosa con Alemania.

El triunfo de la tesis de Bismarck y la realización de una paz amistosa produjeron en su política un hecho profundamente favorable, pues tres años más tarde, en la guerra francoprusiana de 1870, Austria concurría como aliada de Alemania, y aun en 1914 se sentía la influencia de tan sabia como prudente medida.

Hace cinco años que terminó la segunda guerra mundial. He oído decir a un alemán eminente, que confesó haber comenzado y terminado esta guerra sin ningún odio, que hoy, cinco años después, sentía uno profundo e inextinguible, no porque hubieran vencido a su patria, sino porque habían escarnecido a su pueblo y a sus hombres.

Hace pocos días se informó que, consultados los antiguos jefes y oficiales del ejército alemán, encabezados por el famoso general Guderian, sobre las condiciones en que volverían al servicio para el rearme de Alemania, impusieron como condición: que sus camaradas injustamente ajusticiados fueran reivindicados.

 CONSULTAR LA NECESIDAD DE UNA CONVENIENCIA POLÍTICA ES SIEMPRE SUPERIOR EN RESULTADOS QUE DAR RIENDA SUELTA A LA VENGANZA, EL APASIONAMIENTO O EL ENSAÑAMIENTO CON LOS VENCIDOS.

Lo que hoy está ocurriendo era previsible hace ya muchos años. Recordamos que en 1944, en una conferencia en la Universidad de La  Plata, se afirmó que en la misma mesa de la paz comenzaría la tercera guerra mundial. Con una inteligente conducción política por parte de los occidentales, Alemania podría ser hoy, aun vencida, una pieza decisiva en el tablero en que se jugarán los destinos del mundo.

Con esta experiencia volvemos los ojos a Bismarck, uno de los políticos más hábiles que ha producido la humanidad.

"Descartes"

POLÍTICA Y ESTRATEGIA  (igual publicación)

Hay muchos que creen que la preparación para la guerra es sólo cuestión de dinero, hombres, medios e industria para producirlos. Esta idea, casi inocente en la paz, suele ser el origen de una verdadera tragedia cuando la lucha llega.

La guerra es la continuación de la política por otros medios; por eso, en la preparación que la política internacional y la política interna realizan para la guerra residen a veces factores de éxito más decisivos que los de las fuerzas mismas. Muchas guerras se han perdido a causa de errores acumulados en la etapa de acción de la política.

Los países que todo lo confían a su poder poseen la política de su fuerza y suelen renunciar a la habilidad. Los débiles, generalmente, desde que carecen de poder, deben servirse de su habilidad y tienen sólo la fuerza, de  su política. El ideal, que rara vez se presenta en la historia, es poseer la fuerza al servicio de la habilidad.

El político y el estratego se sirven y complementan mutuamente. El primero prepara políticamente la guerra; el segundo la realiza y, terminada ésta, vuelve el político para sacar las ventajas de la paz que sobreviene, pues es menester también saber “ganar la paz”. Por eso es que las guerras modernas de coalición requieren tanto hábiles políticos como capacitados y afortunados estrategos. 

"Descartes".



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