miércoles, 28 de octubre de 2015

ESTRATEGIA MAS QUE TACTICA





La Táctica está demasiada valorizada. Es la ESTRATEGIA, no la Táctica, lo que gana elecciones. 

Centrándose obsesivamente en la cobertura de prensa del día siguiente, los candidatos a menudo pierden de vista la necesidad de hacer que su tema prenda en la opinión pública, factor que constituye la dinámica central de la campaña.

Sacar una ventaja a corto plazo de la cobertura mediática cotidiana por medio de la táctica es como jugar a las damas, mientras que ganar en la colisión de ideas a través de la estrategia es como jugar al ajedrez.

Los miembros de los medios de comunicación, que siguen el juego de la política segundo a segundo, se preocupan mucho por la táctica, dado que observan de cerca su formulación y puesta en práctica. Pero los votantes,que quieren saber más sobre cómo los afectarían las políticas del candidato, están más interesados en la sustancia y los temas que en las fluctuaciones cotidianas de quien está arriba y quien está abajo.

Un candidato o un consultor que espera que el otro candidato cometa un error o confía en gastar mas que su oponente para ganar, esta haciendo el papel del tonto. La actitud más sabia es confiar en una estrategia básica que enmarque claramente la interacción de los mensajes en competencia y muestre un camino hacia la victoria.
Una buena estrategia de campaña puede llevar meses para su formulación, pero no debe tomar más que unas pocas palabras para expresarse

Clinton 1992: Pónganse a la derecha de las posiciones tradicionales del Partido Demócrata sobre asistencia social y delitos y usen el descontento económico para presentar a Bush como sinónimo de estancamiento y a Clinton como un hombre lleno de optimismo y energía.

Clinton 1996: Coopten el centro por medio de posturas con consenso absoluto relativas a equilibrar el presupuesto, la educación y la asistencia social y fuercen a Dole a defender enfoques extremos del Partido Republicano sobre posesión de armas, aborto, tabaco, licencias por maternidad y Medicare. Califiquen las posiciones de Clinton de "nuevas" y las de Dole de " viejas", para subrayar la diferencia de edad.

Todo lo que se necesita es una oración. Pero es una oración que la mayoría de las campañas nunca escribe. En cambio, esperan ver que ocurre, disponiéndose a golpear sobre errores tácticos, como el fracaso de un oponente en un debate o un paso en falso en el desarrollo de la contienda. A menudo, especialmente en el Partido Republicano, las campañas confunden la munición con la estrategia. A veces el plan es " disparemos factores negativos hasta que nos quedemos sin".

Pero la estrategia debe implicar un enfoque y un tema básicos, que toman en cuenta el estado de ánimo público, la debilidad del oponente y las propias fuerzas. Los políticos deben tener pensados los siguientes cinco o seis movimientos, anticipar la respuesta del otro y programar movimientos alternativos como respuesta. La clave es fijar la propia atención rígidamente en el horizonte y machacar con el mensaje y el tema de la campaña.

Un candidato debe usar todo tema, acontecimiento, ataque y repudio para repetir su postura básica una y otra vez y no dejar que la táctica o los blancos de la oportunidad lo aparten de su mensaje. Por el contrario debe incorporarlos en su tema.

Cuando Dole renuncio al Senado en 1996, a fin de presentarse como candidato a presidente como un "ciudadano común y corriente", la campaña de Clinton lucho por recuperar su ritmo. La campaña respondió con un aviso concebido por el consultor de medios de comunicación Marius Penczner, que mostraba cajas y cajones de mudanza en el escritorio ahora vacío del senador. El locutor decía: "Dijo que iba a ser el guía. Dijo que iba a reducir impuestos. Dijo que equilibraría el presupuesto, reformaría la asistencia social. Pero ahora se va a para emprender una campaña negativa contra el presidente Clinton. Deja detrás solo el bloqueo que él y Gingrich crearon. Entretanto el Presidente Clinton sigue en su puesto, trabajando para equilibrar el presupuesto...". El aviso respondía a la renuncia de Dole, pero usaba la respuesta para subrayar el tema básico de Clinton: siempre el tema.

El mensaje mas que el dinero.

Los temas más que la imagen.

Los aspectos positivos más que los negativos.

La sustancia antes que el escándalo.

La estrategia más que la táctica

Todas estas tendencias auguran cosas buenas para nuestra democracia.

Los candidatos pueden ganar mejor una elección y pueden gobernar con mayor eficacia si desarrollan respuestas atractivas a nuestros problemas más urgentes y luchan con las soluciones que presentan sus adversarios.

La democracia nuevamente se ha convertido en un diálogo donde la coherencia, la persuasión y la resonancia con la voluntad popular son las claves para ganar.








Extracto del capítulo 6 del libro " El nuevo Príncipe", de Dick Morris (asesor de Bill Clinton por veinte años. Creador de una estrategia conocida como " La Triangulación"). Editorial El Ateneo. 2003





No hay comentarios:

Publicar un comentario