lunes, 30 de noviembre de 2015

JUEZ Y DEMOCRACIA. "Una reflexión muy actual. (extracto. 1ra entrega)










1.- “…Garapon observa con preocupación la tendencia detectable en Francia (pero también en España o Italia) a estirar el brazo judicial más allá de los que es su radio de alcance natural: parecemos encaminarnos, en un impulso colectivo tan intenso como probablemente inconsciente, hacia un “gobierno de los jueces”. Y ello no puede sino alarmar. Los jueces aplican las leyes, pero no las hacen, velan por el cumplimiento de lo éstas prometen, pero no son los autores de tales promesas; zanjan conflictos quitando o dando la razón en derecho, pero no les corresponde gobernar. LA JURIDIFICACIÓN DE LA VIDA POLÍTICA NO CONSOLIDA NI REFUERZA LA DEMOCRACIA; POR EL CONTRARIO, LA DEBILITA…”

2.- “…La judicialización de la vida política lejos de representar un estadio superior, más avanzado de madurez democrática constituye más bien un síntoma de la falta de aliento y escasez de reflejos de las instituciones políticas…”

3.- “…La idea de “responsabilidad política” parece haberse evaporado del tablero político: no se concibe, ni admite, otra responsabilidad que la jurídica, es decir que la penal…”

4.- “…La clase política se ha hecho fuerte tras la idea -¡ tan deletérea!- de que la responsabilidad política sólo es exigible una vez establecida la responsabilidad jurídica: es decir, cuando ya no tiene función ni sentido…”

5.- “…Se trata de un auténtico fracaso de lo político que abre la puerta al fantasma de la “democracia directa mediática”. Cuando las instancias puramente políticas incumplen una de sus funciones más básicas (engranar intereses contrapuestos, armonizar propuestas dispares, pactar soluciones de consenso) y opta por el más fácil –pero anti político- camino del “todo o nada jurisdiccional” se produce un automático cambio en las reglas del juego. Los medios de comunicación adquieren un imprevisto protagonismo como difusores de conflictos que pasan a eternizarse y que un buen día son dados por zanjados por la opinión pública, mucho antes de que sea pronunciada al respecto la última palabra jurisdiccional…”

6.- “…esta nueva “voz del pueblo” –una voz claramente más rápida, inmediata y directa que la parlamentaria, pero en modo alguno más representativa- tiende así a suplantar, por vía de los hechos, a las instancias formales de representación ciudadana…”

7.- “…Así la posición de la justicia es paradójica: reacciona ante una amenaza de desintegración y al hacerlo contribuye a promoverla…”

8.- “…alegato a favor de la democracia sin “rumor de togas” (ahora que el “ruido de sables” constituye, en nuestras sociedades occidentales un feliz anacronismo). Es decir, una democracia representativa que recupere en
plenitud el juego de lo político y en la que los distintos niveles de responsabilidad sean adecuadamente definidos y exigidos, en vez de mezclados, confundidos y pospuestos…”

9.- “…El juez se manifiesta en un número cada vez más amplio de sectores de la vida social. En primer lugar, en la vida política {…} No se busca solo al jurista o al árbitro en el juez sino también al conciliador, al pacificador de las relaciones sociales, incluso al animador de la política pública {…} Esta exigencia es absoluta. Todo, y todo el mundo, debe ahora ser justiciable…”

10.- “…Si todo y todos son ahora justiciables, asimismo se espera todo de la justicia; no sólo una justiciabilidad ilimitada sino también una JUSTICIA TOTAL. La justicia no puede ya contentarse con definir lo justo, debe a la vez instruir y decidir, acercarse y guardar las distancias, conciliar y romper, juzgar y comunicar…”

11.- “…Este incremento del poder de la justicia, finalmente, oculta dos fenómenos en apariencia muy diferentes –incluso contradictorios- cuyos efectos convergen y se refuerzan: la debilitación del Estado bajo la presión del mercado por una parte, y el hundimiento simbólico del hombre y de la sociedad democráticos por otra…”

12.- “…El activismo judicial, que es el síntoma más aparente, no es más que una pieza de un mecanismo más complejo que requiere otros engranajes como la debilitación del Estado, la promoción de la sociedad civil y,    por supuesto, la fuerza de los medios de comunicación…”

13.-  “…La referencia irrazonada  de todas las frustraciones modernas a la justicia, el entusiasmo ingenuo por su omnipotencia, pueden jugar en contra la justicia misma…”

14.- “…la invocación a diestro y siniestro al derecho y a los derechos tiene como efecto someter al control del juez sectores completos de la vida privada, antes fuera de todo control publico…”

15.- “…Peor aún, esta “judicialización” acaba por imponer una versión penal a toda relación –política, administrativa, comercial, social , familiar, incluso amorosa- ahora descifrada desde la perspectiva binaria y reductora de la relación víctima / agresor…{…} Este lenguaje jurídico simplista, se enraizarse en una lógica sacrificial que se creía definitivamente dominada...”

16.- “…Los medios con el pretexto de asegurar una máxima transparencia, pueden privar a los ciudadanos de unas mínimas garantías –como la presunción de inocencia- al mantener la ilusión de una democracia directa…”

17.- “…Los juristas se ven tentados a abusar de esta posición dominante para ponerle precio a la democracia. Hasta agotar la riqueza…”

18.- “…A través de la justicia, el anhelo democrático se enfrenta con la carne de lo social, con las pasiones democráticas, con la desmesura de los hombres, con el absurdo de la violencia y con el enigma del mal. Asumir la parte humana de la justicia llevará a hablar de las pasiones tanto como de la razón, de las emociones tanto como de la argumentación, de los medios de comunicación tanto como del procedimiento, de la cárcel tanto como de las libertades. Nuestra democracia tiene quizás menos necesidades de construcciones –o de destrucciones- teóricas que de nuevas referencias para asumir las “mediaciones imperfectas” que son nuestras jurisdicciones…”

19.- “…El juez sigue siendo una cuestión políticamente incorrecta al no haber adquirido la plena dignidad democrática..” {…} Han sido necesarios cerca de veinte años para traducir a Dworkin o a Rawls. Porque la justicia, finalmente, ha sido relegada durante mucho tiempo al rango de una cuestión intelectualmente inexistente, al no constituir un campo autónomo para las ciencias sociales ni una auténtica fuente de interrogación filosófica…”


20.- “…en “Surveiller et Punir”, que ha tenido una inmensa resonancia entre los profesionales, Foucault no considera la justicia ni la prisión más que como una microfísica del poder…{… } La tradición francesa para directamente de la filosofía moral a la filosofía política sin preocuparse demasiado de la filosofía del derecho, que sigue sin enseñarse en las facultades…”

21.- “…La justicia escribe Rawls, es la primera virtud de las instituciones sociales, como la verdad es a la de los sistemas de pensamiento…”

22.- “…Lo que se denomina respetuosamente periodismo de investigación no es más, a menudo, que un periodismo de delación. Todo el mundo denuncia a todo el mundo, lo que  no hace más que recordar, a un nivel más alto, la guerra de todos contra todos. {…} Algunos políticos utilizan ahora la justicia para debilitar a sus adversarios. Esta utilización estratégica de la justicia con fines a muy corto plazo es reveladora del individualismo que está ganando la vida política…”


23.- “… Las elites republicanas no cumplen con su deber de garante moral de la justicia. Los servidores del Estado han perdido su papel de autoridad, es decir de guardianes de la República {…} La politización de los funcionarios va a la par con la funcionarización de la vida política. Los funcionarios parecen aplicar más un programa gubernamental que un proyecto de sociedad. Tal evolución recompensa el servilismo y penaliza el profesionalismo…”

24.- “…El tercer poder se enriquece con la discordia de los dos primeros y se corre el peligro de que el árbitro, como Raminagrobis, acabe devorando a quienes recurren a él…”

25.- “…El tercero imparcial compensa el déficit democrático de una decisión política destinada ahora a la gestión y le da a la sociedad la referencia simbólica que la representación nacional le da cada vez en menor medida. Al juez se le llama al rescate de una democracia en la cual un legislativo y un ejecutivo debilitados, obsesionados por plazos electorales siempre presentes, ocupados tan solo a plazo corto, sometidos al temor y a la seducción de los medios, intentan gobernar día a día a ciudadanos indiferentes y exigentes, replegados en sus vidas privadas, aunque esperando del político lo que no es capaz de dar, una moral, un proyecto amplio…” ( J. D. Bredin. “Un gouvernement des juges”, Pouvoirs, 1994, París)

26.- “…Semejante paisaje democrático no puede dejar de suponer nuevos peligros. El exceso de derecho puede desnaturalizar la democracias, el exceso de defensa paralizar cualquier toma  de decisión, el exceso de garantías hacer que la justicia caiga en una especie de moratorio ilimitada. A fuerza de verlo todo a través del prisma deformador del derecho, se corre el riesgo de criminalizar el vínculo social y reactivar la vieja mecánica sacrificial. La justicia no puede sustituir al político, a riesgo de dar paso a la tiranía de las minorías, o a una especie de crisis de identidad. Dicho brevemente, un mal uso del derecho es tan amenazador para la democracia como un exceso de derecho…”

27.- “…La democracia jurídica ya no se puede pensar más que de una manera negativa y defensiva. Puede producirse una implosión. A fuerza de multiplicar los derechos se pierde la idea de derecho; a fuerza de pensar la libertad en términos negativos, se olvida que también es positiva, con la posibilidad –o la necesidad- de participar en el debate sobre el derecho. Por no pensar en los contrapoderes, ya no se sabe cómo pensar en la obligación, por no saber distinguir entre la violencia legítima y la violencia ilegítima, ya no se sabe determinar la deuda, es decir el derecho de entrada en la vida en común. Investida con tales poderes la justicia corre el gran riesgo de decepcionar. Para prevenir tal hundimiento de la democracia, que podría serle muy perjudicial, hay que analizar las paradojas con las que se enfrenta, y en primer lugar entre éstas, por supuesto, el poder inédito que se atribuye a los jueces…”

28.-  “…Aharon Barak, quien llegara a ser Presidente del Tribunal Supremo de Israel, advierte oportunamente que  no se puede hablar de activismo del juez cuando éste tiene que elegir entre una solución jurídicamente correcta y otra que no lo es. Entonces no se trata ya de activismo sino de incompetencia. El activismo empieza cuanto entre muchas soluciones posibles la elección del juez se ve animada por el deseo de acelerar el cambio social o, por el contrario, de frenarlo…” ( A. Barak. Judicial Discretion. Yale University Press. New Haven, 1989).

29.- “…El activismo adopta entonces dos formas: bien la nueva clerecía de juristas si el cuerpo de los jueces es poderoso, o bien, a la inversa, la de algunas individualidades apuntaladas por los medios de comunicación si la magistratura no tiene una gran tradición de independencia…”

30.- “… La tentación populista se caracteriza en primer lugar por la pretensión de un acceso directo a la verdad. Algunos individuos aprovechan los medios de comunicación para emanciparse de toda tutela jerárquica. Los medios les ofrecen un acceso directo al auditorio universal, por utilizar la expresión de Perelman: es decir, a la opinión pública…{…} Todas las anulaciones procedimentales se purgan mediante esta instancia salvaje de recurso que son los medios, y los argumentos técnicos de derecho o de procedimiento no tardan en aparecer ante la opinión pública como argucias, artificios inútiles que impiden que la verdad estalle. La búsqueda directa del asentimiento popular por los medios interpuestos por encima de toda institución es un arma temible puesta a disposición de los jueces y que hace mucho más presente la deriva populista. El populismo, en efecto, es una política que pretende, por instinto y experiencia, encarnar el sentimiento profundo y real del pueblo. Ese contacto directo del juez y la opinión se nutre además con el descrédito del político. El juez mantiene el mito de una verdad que se basta a si misma, que no tiene necesidad de la mediación del procedimiento…”

31.- “…Esos jueces mediáticos, surgidos de la sombra  por un caso o por un acusado célebre, reaccionan de forma muy diferente. Algunos sienten la tentación de ver en el ejemplo de sus colegas italianos la prueba de que, cuando el estado está corrompido, ellos son el último recurso {…} El debilitamiento del Estado y la formidable tribuna que ofrecen los medios despiertan una mentalidad de cruzada en una parte de la magistratura {…} El recurso a los medios era la única manera de prevenir las interferencias políticas. SE ENCUENTRAN JUECES A LOS QUE UNA EXCESIVA APLICACIÓN A PASAR POR INCORRUPTIBLES LES EXPONE A SER INJUSTOS”, decía ya La Bruyere. Los jueces, en efecto, justifican sus contactos con los medios con el interés superior de la justicia. Algunos jueces reivindican abiertamente el recurso a la estrategia mediática para luchar por que no se entierren determinados casos. PERO, ES PAPEL DEL JUEZ TENER UNA ESTRATEGIA?...”

32.- “…Deriva aristocrática o tentación populista tienen en común emancipar al juez de la autoridad del soberano. El juez disfruta necesariamente de una total irresponsabilidad política. Las tensiones económicas o las de la política internacional le son ajenas. Una política que no reconsidera periódicamente su poder ¿ puede calificarse de democrática?...”

33.- “… Ya d`Aguesseau ponía en guardia contra “el magistrado que sólo cuenta con su razón y que se somete, sin pensarlo, a la incertidumbre y al capricho de su temperamento. Como la razón no es ya la norma común de los juicios, cada uno establece una norma, y, si nos atrevemos a decirlo, una justicia conforme con el carácter de su espíritu…” ( citado por F. Gorphe, Les Décisions de justicie, etude de psychologie judiciaire, Sirey, París. 1952)

34.- « ...Sea que la magistratura adquiera la forma de un cuerpo reaccionario o de jueces incontrolables, el carácter de “intocable” del juez es algo como para preocupar. El juez hace que la democracia corra un riesgo de activismo, al crear un derecho pretoriano, o a la inversa, un riesgo de inmovilismo, al impedir reformas deseadas por la mayoría. En uno u otro caso, atenta contra una virtud cardinal de todos sistema de derecho, que es la seguridad jurídica. Una jurisdicción no tiene medios para legislar, el juez no dispone de instrumentos para eso y se encuentra en la incapacidad de “sustituir una verdadera dinámica política a la que le poda sus manifestaciones”. Los casos que se le someten son necesariamente discontínuos y no hay coherencia entre ellos…”

35.- “… El juez se convierte en el nuevo ángel de la democracia, que reclama un estatuto de privilegio, el mismo del que él ha expulsado a los políticos. Se inviste de una misión redentora en cuanto a la democracia, se coloca en una posición de dominio, inaccesible a la crítica popular. Se nutre del descrédito del Estado, de la decepción en cuanto a la política. La justicia, así, finalizaría el proceso de despolitización de la democracia…”








[1] Antoine Garapon. Flor del Viento Ediciones. España 1997.

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