lunes, 30 de noviembre de 2015

JUEZ Y DEMOCRACIA. "Una reflexión muy actual. (extracto. 1ra entrega)










1.- “…Garapon observa con preocupación la tendencia detectable en Francia (pero también en España o Italia) a estirar el brazo judicial más allá de los que es su radio de alcance natural: parecemos encaminarnos, en un impulso colectivo tan intenso como probablemente inconsciente, hacia un “gobierno de los jueces”. Y ello no puede sino alarmar. Los jueces aplican las leyes, pero no las hacen, velan por el cumplimiento de lo éstas prometen, pero no son los autores de tales promesas; zanjan conflictos quitando o dando la razón en derecho, pero no les corresponde gobernar. LA JURIDIFICACIÓN DE LA VIDA POLÍTICA NO CONSOLIDA NI REFUERZA LA DEMOCRACIA; POR EL CONTRARIO, LA DEBILITA…”

2.- “…La judicialización de la vida política lejos de representar un estadio superior, más avanzado de madurez democrática constituye más bien un síntoma de la falta de aliento y escasez de reflejos de las instituciones políticas…”

3.- “…La idea de “responsabilidad política” parece haberse evaporado del tablero político: no se concibe, ni admite, otra responsabilidad que la jurídica, es decir que la penal…”

4.- “…La clase política se ha hecho fuerte tras la idea -¡ tan deletérea!- de que la responsabilidad política sólo es exigible una vez establecida la responsabilidad jurídica: es decir, cuando ya no tiene función ni sentido…”

5.- “…Se trata de un auténtico fracaso de lo político que abre la puerta al fantasma de la “democracia directa mediática”. Cuando las instancias puramente políticas incumplen una de sus funciones más básicas (engranar intereses contrapuestos, armonizar propuestas dispares, pactar soluciones de consenso) y opta por el más fácil –pero anti político- camino del “todo o nada jurisdiccional” se produce un automático cambio en las reglas del juego. Los medios de comunicación adquieren un imprevisto protagonismo como difusores de conflictos que pasan a eternizarse y que un buen día son dados por zanjados por la opinión pública, mucho antes de que sea pronunciada al respecto la última palabra jurisdiccional…”

6.- “…esta nueva “voz del pueblo” –una voz claramente más rápida, inmediata y directa que la parlamentaria, pero en modo alguno más representativa- tiende así a suplantar, por vía de los hechos, a las instancias formales de representación ciudadana…”

7.- “…Así la posición de la justicia es paradójica: reacciona ante una amenaza de desintegración y al hacerlo contribuye a promoverla…”

8.- “…alegato a favor de la democracia sin “rumor de togas” (ahora que el “ruido de sables” constituye, en nuestras sociedades occidentales un feliz anacronismo). Es decir, una democracia representativa que recupere en
plenitud el juego de lo político y en la que los distintos niveles de responsabilidad sean adecuadamente definidos y exigidos, en vez de mezclados, confundidos y pospuestos…”

9.- “…El juez se manifiesta en un número cada vez más amplio de sectores de la vida social. En primer lugar, en la vida política {…} No se busca solo al jurista o al árbitro en el juez sino también al conciliador, al pacificador de las relaciones sociales, incluso al animador de la política pública {…} Esta exigencia es absoluta. Todo, y todo el mundo, debe ahora ser justiciable…”

10.- “…Si todo y todos son ahora justiciables, asimismo se espera todo de la justicia; no sólo una justiciabilidad ilimitada sino también una JUSTICIA TOTAL. La justicia no puede ya contentarse con definir lo justo, debe a la vez instruir y decidir, acercarse y guardar las distancias, conciliar y romper, juzgar y comunicar…”

11.- “…Este incremento del poder de la justicia, finalmente, oculta dos fenómenos en apariencia muy diferentes –incluso contradictorios- cuyos efectos convergen y se refuerzan: la debilitación del Estado bajo la presión del mercado por una parte, y el hundimiento simbólico del hombre y de la sociedad democráticos por otra…”

12.- “…El activismo judicial, que es el síntoma más aparente, no es más que una pieza de un mecanismo más complejo que requiere otros engranajes como la debilitación del Estado, la promoción de la sociedad civil y,    por supuesto, la fuerza de los medios de comunicación…”

13.-  “…La referencia irrazonada  de todas las frustraciones modernas a la justicia, el entusiasmo ingenuo por su omnipotencia, pueden jugar en contra la justicia misma…”

14.- “…la invocación a diestro y siniestro al derecho y a los derechos tiene como efecto someter al control del juez sectores completos de la vida privada, antes fuera de todo control publico…”

15.- “…Peor aún, esta “judicialización” acaba por imponer una versión penal a toda relación –política, administrativa, comercial, social , familiar, incluso amorosa- ahora descifrada desde la perspectiva binaria y reductora de la relación víctima / agresor…{…} Este lenguaje jurídico simplista, se enraizarse en una lógica sacrificial que se creía definitivamente dominada...”

16.- “…Los medios con el pretexto de asegurar una máxima transparencia, pueden privar a los ciudadanos de unas mínimas garantías –como la presunción de inocencia- al mantener la ilusión de una democracia directa…”

17.- “…Los juristas se ven tentados a abusar de esta posición dominante para ponerle precio a la democracia. Hasta agotar la riqueza…”

18.- “…A través de la justicia, el anhelo democrático se enfrenta con la carne de lo social, con las pasiones democráticas, con la desmesura de los hombres, con el absurdo de la violencia y con el enigma del mal. Asumir la parte humana de la justicia llevará a hablar de las pasiones tanto como de la razón, de las emociones tanto como de la argumentación, de los medios de comunicación tanto como del procedimiento, de la cárcel tanto como de las libertades. Nuestra democracia tiene quizás menos necesidades de construcciones –o de destrucciones- teóricas que de nuevas referencias para asumir las “mediaciones imperfectas” que son nuestras jurisdicciones…”

19.- “…El juez sigue siendo una cuestión políticamente incorrecta al no haber adquirido la plena dignidad democrática..” {…} Han sido necesarios cerca de veinte años para traducir a Dworkin o a Rawls. Porque la justicia, finalmente, ha sido relegada durante mucho tiempo al rango de una cuestión intelectualmente inexistente, al no constituir un campo autónomo para las ciencias sociales ni una auténtica fuente de interrogación filosófica…”


20.- “…en “Surveiller et Punir”, que ha tenido una inmensa resonancia entre los profesionales, Foucault no considera la justicia ni la prisión más que como una microfísica del poder…{… } La tradición francesa para directamente de la filosofía moral a la filosofía política sin preocuparse demasiado de la filosofía del derecho, que sigue sin enseñarse en las facultades…”

21.- “…La justicia escribe Rawls, es la primera virtud de las instituciones sociales, como la verdad es a la de los sistemas de pensamiento…”

22.- “…Lo que se denomina respetuosamente periodismo de investigación no es más, a menudo, que un periodismo de delación. Todo el mundo denuncia a todo el mundo, lo que  no hace más que recordar, a un nivel más alto, la guerra de todos contra todos. {…} Algunos políticos utilizan ahora la justicia para debilitar a sus adversarios. Esta utilización estratégica de la justicia con fines a muy corto plazo es reveladora del individualismo que está ganando la vida política…”


23.- “… Las elites republicanas no cumplen con su deber de garante moral de la justicia. Los servidores del Estado han perdido su papel de autoridad, es decir de guardianes de la República {…} La politización de los funcionarios va a la par con la funcionarización de la vida política. Los funcionarios parecen aplicar más un programa gubernamental que un proyecto de sociedad. Tal evolución recompensa el servilismo y penaliza el profesionalismo…”

24.- “…El tercer poder se enriquece con la discordia de los dos primeros y se corre el peligro de que el árbitro, como Raminagrobis, acabe devorando a quienes recurren a él…”

25.- “…El tercero imparcial compensa el déficit democrático de una decisión política destinada ahora a la gestión y le da a la sociedad la referencia simbólica que la representación nacional le da cada vez en menor medida. Al juez se le llama al rescate de una democracia en la cual un legislativo y un ejecutivo debilitados, obsesionados por plazos electorales siempre presentes, ocupados tan solo a plazo corto, sometidos al temor y a la seducción de los medios, intentan gobernar día a día a ciudadanos indiferentes y exigentes, replegados en sus vidas privadas, aunque esperando del político lo que no es capaz de dar, una moral, un proyecto amplio…” ( J. D. Bredin. “Un gouvernement des juges”, Pouvoirs, 1994, París)

26.- “…Semejante paisaje democrático no puede dejar de suponer nuevos peligros. El exceso de derecho puede desnaturalizar la democracias, el exceso de defensa paralizar cualquier toma  de decisión, el exceso de garantías hacer que la justicia caiga en una especie de moratorio ilimitada. A fuerza de verlo todo a través del prisma deformador del derecho, se corre el riesgo de criminalizar el vínculo social y reactivar la vieja mecánica sacrificial. La justicia no puede sustituir al político, a riesgo de dar paso a la tiranía de las minorías, o a una especie de crisis de identidad. Dicho brevemente, un mal uso del derecho es tan amenazador para la democracia como un exceso de derecho…”

27.- “…La democracia jurídica ya no se puede pensar más que de una manera negativa y defensiva. Puede producirse una implosión. A fuerza de multiplicar los derechos se pierde la idea de derecho; a fuerza de pensar la libertad en términos negativos, se olvida que también es positiva, con la posibilidad –o la necesidad- de participar en el debate sobre el derecho. Por no pensar en los contrapoderes, ya no se sabe cómo pensar en la obligación, por no saber distinguir entre la violencia legítima y la violencia ilegítima, ya no se sabe determinar la deuda, es decir el derecho de entrada en la vida en común. Investida con tales poderes la justicia corre el gran riesgo de decepcionar. Para prevenir tal hundimiento de la democracia, que podría serle muy perjudicial, hay que analizar las paradojas con las que se enfrenta, y en primer lugar entre éstas, por supuesto, el poder inédito que se atribuye a los jueces…”

28.-  “…Aharon Barak, quien llegara a ser Presidente del Tribunal Supremo de Israel, advierte oportunamente que  no se puede hablar de activismo del juez cuando éste tiene que elegir entre una solución jurídicamente correcta y otra que no lo es. Entonces no se trata ya de activismo sino de incompetencia. El activismo empieza cuanto entre muchas soluciones posibles la elección del juez se ve animada por el deseo de acelerar el cambio social o, por el contrario, de frenarlo…” ( A. Barak. Judicial Discretion. Yale University Press. New Haven, 1989).

29.- “…El activismo adopta entonces dos formas: bien la nueva clerecía de juristas si el cuerpo de los jueces es poderoso, o bien, a la inversa, la de algunas individualidades apuntaladas por los medios de comunicación si la magistratura no tiene una gran tradición de independencia…”

30.- “… La tentación populista se caracteriza en primer lugar por la pretensión de un acceso directo a la verdad. Algunos individuos aprovechan los medios de comunicación para emanciparse de toda tutela jerárquica. Los medios les ofrecen un acceso directo al auditorio universal, por utilizar la expresión de Perelman: es decir, a la opinión pública…{…} Todas las anulaciones procedimentales se purgan mediante esta instancia salvaje de recurso que son los medios, y los argumentos técnicos de derecho o de procedimiento no tardan en aparecer ante la opinión pública como argucias, artificios inútiles que impiden que la verdad estalle. La búsqueda directa del asentimiento popular por los medios interpuestos por encima de toda institución es un arma temible puesta a disposición de los jueces y que hace mucho más presente la deriva populista. El populismo, en efecto, es una política que pretende, por instinto y experiencia, encarnar el sentimiento profundo y real del pueblo. Ese contacto directo del juez y la opinión se nutre además con el descrédito del político. El juez mantiene el mito de una verdad que se basta a si misma, que no tiene necesidad de la mediación del procedimiento…”

31.- “…Esos jueces mediáticos, surgidos de la sombra  por un caso o por un acusado célebre, reaccionan de forma muy diferente. Algunos sienten la tentación de ver en el ejemplo de sus colegas italianos la prueba de que, cuando el estado está corrompido, ellos son el último recurso {…} El debilitamiento del Estado y la formidable tribuna que ofrecen los medios despiertan una mentalidad de cruzada en una parte de la magistratura {…} El recurso a los medios era la única manera de prevenir las interferencias políticas. SE ENCUENTRAN JUECES A LOS QUE UNA EXCESIVA APLICACIÓN A PASAR POR INCORRUPTIBLES LES EXPONE A SER INJUSTOS”, decía ya La Bruyere. Los jueces, en efecto, justifican sus contactos con los medios con el interés superior de la justicia. Algunos jueces reivindican abiertamente el recurso a la estrategia mediática para luchar por que no se entierren determinados casos. PERO, ES PAPEL DEL JUEZ TENER UNA ESTRATEGIA?...”

32.- “…Deriva aristocrática o tentación populista tienen en común emancipar al juez de la autoridad del soberano. El juez disfruta necesariamente de una total irresponsabilidad política. Las tensiones económicas o las de la política internacional le son ajenas. Una política que no reconsidera periódicamente su poder ¿ puede calificarse de democrática?...”

33.- “… Ya d`Aguesseau ponía en guardia contra “el magistrado que sólo cuenta con su razón y que se somete, sin pensarlo, a la incertidumbre y al capricho de su temperamento. Como la razón no es ya la norma común de los juicios, cada uno establece una norma, y, si nos atrevemos a decirlo, una justicia conforme con el carácter de su espíritu…” ( citado por F. Gorphe, Les Décisions de justicie, etude de psychologie judiciaire, Sirey, París. 1952)

34.- « ...Sea que la magistratura adquiera la forma de un cuerpo reaccionario o de jueces incontrolables, el carácter de “intocable” del juez es algo como para preocupar. El juez hace que la democracia corra un riesgo de activismo, al crear un derecho pretoriano, o a la inversa, un riesgo de inmovilismo, al impedir reformas deseadas por la mayoría. En uno u otro caso, atenta contra una virtud cardinal de todos sistema de derecho, que es la seguridad jurídica. Una jurisdicción no tiene medios para legislar, el juez no dispone de instrumentos para eso y se encuentra en la incapacidad de “sustituir una verdadera dinámica política a la que le poda sus manifestaciones”. Los casos que se le someten son necesariamente discontínuos y no hay coherencia entre ellos…”

35.- “… El juez se convierte en el nuevo ángel de la democracia, que reclama un estatuto de privilegio, el mismo del que él ha expulsado a los políticos. Se inviste de una misión redentora en cuanto a la democracia, se coloca en una posición de dominio, inaccesible a la crítica popular. Se nutre del descrédito del Estado, de la decepción en cuanto a la política. La justicia, así, finalizaría el proceso de despolitización de la democracia…”








[1] Antoine Garapon. Flor del Viento Ediciones. España 1997.

miércoles, 25 de noviembre de 2015

JUSTICIA Y DERECHOS HUMANOS. 2da. PARTE






   Mientras los compañeros eran desamparados, torturados, secuestrados y desaparecidos por un estado terrorista, solo sus familia y amigos dieron la tortuosa tarea de obtener justicia. Justicia que con la venda en los ojos que la representa, estaba puesta en esos momentos no para garantizar imparcialidad e independencia cuando mas se necesitaban, sino para permitir las atrocidades que se estaban cometiendo.

  Una justicia verdadera nunca puede traicionar a los ciudadanos.

Entre 1983 y 2003 la impunidad fue la regla. En esos tiempos aciagos de la dictadura las Madres de Plaza de Mayo, Abuelas, el CELS, fueron las voces de la libertad y de la lucha reivindicativa por la verdad, la memoria y la justicia.

La sociedad civil lucho denodadamente contra las leyes de Punto Final (1986) y Obediencia Debida (1987), mientras que la justicia no estuvo a su altura a someterse a ellas en forma a critica cuando podía haberlas combatido.

Los delitos referidos a los niños desaparecidos no se persiguieron como crímenes de lesa humanidad, ni siquiera se hizo en forma coordinada. Lo que había sido un plan sistemático de eliminación y desaparición nunca se enfrento como tal en esos años; tampoco se abordaron investigaciones serias, sobre la depradación económica que acompaño a la dictadura, ni sobre el propio componente económico financiero que la identifica.

Desde hace 12 años las cosas cambiaron definitivamente  en este país. La decisión política indiscutible del presidente Nestor Kirchner de impulsar una política de justicia sin limitaciones, junto a la anulación parlamentaria de las leyes de Obediencia Debida y Punto Final abrieron definitivamente las avenidas de la justicia.

Nadie puede discutir, hoy día, que la Argentina esta escribiendo la pagina mas luminosa de la historia judicial universal contra la barbarie desde los juicios de Nuremberg.

Debemos advertir la connivencia del Poder Judicial con el régimen militar.

Funcionarios judiciales, abogados, docentes del derecho también fueron actores fundamentales en aquel contexto autoritario, ya fuera a través del apoyo directo a los mandos militares, participando en torturas, o elaborando leyes que daban cobertura legal a practicas genocidas o del apoyo indirecto, al dejar a un lado su deber de investigar y archivar las denuncias de las victimas o sus familiares.


El  régimen se valió del Poder Judicial para legitimarse interior y exteriormente y, a cambio, el Poder Judicial se erigió como valedores de la moralidad nacional y,amparados en un ideario conservador elitista, mantuvieron la ficción de un Poder Judicial independiente, interpretando el derecho no en función de los acontecimientos, sino en la linea del control social impuesto por las Juntas Militares. FUERON CÓMPLICES Y COMPLACIENTES.

 129 funcionarios judiciales han sido vinculados a alguna practica terrorista del régimen autoritario. 90 de ellos han sido denunciados penalmente. 53 están formalmente imputados. Solo 1 se encuentra condenado.

La 3ra parte de los funcionarios judiciales actuales que han sido denunciados por las agencias del Estado, los movimientos sociales, o las victimas continúan ocupando un puesto en la administración.

Un Poder Judicial COMPLACIENTE, INDOLENTE y CÓMPLICE del silencio constituye el peor cáncer para una sociedad, que no puede confiar en aquellos que son el ultimo baluarte de la protección de sus derechos.

El ideario de un funcionario judicial no puede ser arbitrario, y mucho menos puede caminar de la mano de una ideología que torturo, desapareció y robo la identidad de miles de argentinos y argentinas.

La independencia e imparcialidad del Poder Judicial ha de ser un factor empíricamente medible, y quienes lo administren no han de olvidar jamas que lo hacen en nombre del pueblo, que es el verdadero titular de tal poder, y que deben ejercerlo con una verdadera vocación de servicio y con un compromiso claro y definitivo con los derechos humanos por encima de todo.

        Políticas neo liberales.

Innegablemente las torturas, las violaciones, las humillaciones y los insultos que en [ los centros clandestinos de detención, tortura, muerte y desaparición] se repetían a diario no habrían podido darse si las figuras de jueces no las hubieran sostenido archivando denuncias y renunciando a su deber de investigar o, al menos, no habrían contado con la impunidad posterior que durante décadas ha servido de parapeto a los culpables.

(Extractos del libro “Usted también Doctor” de Juan Pablo Bojoslavsky



martes, 24 de noviembre de 2015

JUSTICIA Y DERECHOS HUMANOS











LA COMPLICIDAD

        La Justicia en la Argentina se han focalizado primariamente en conocer la verdad acerca de las violaciones graves de los derechos humanos perpetradas durante la dictadura, sancionar a los responsables de los delitos de sangre y forjar la memoria en torno a esos hechos.

        Ahora habrá que avanzar sobre la dimensión civil de la dictadura, que incluye a actores económicos, funcionarios judiciales, la iglesia, periodistas, medios de comunicación e intelectuales.

        Esas estructuras y redes del Poder Judicial cómplice de alguno modo vigentes e impunes, se expresa y manifiesta en la fuerte reticencia de avanzar con los procesos contra los genocidas.

        Los logros que implico la remoción de los jueces de la Corte Suprema de la dictadura en 1983 fueron en parte diluidos por la continuidad de varios funcionarios judiciales designados por las juntas en todo el país. Por ello no sorprende la connivencia – ya en democracia- de una gran cantidad de jueces y fiscales de la familia judicial, dirigida a obstaculizar o dilatar los juicios contra los genocidas, asi como perseguir a quienes denunciaban a los funcionarios cómplices (caso KIMEL)


ESTRATEGIA REPRESIVA

        Hubo dos motivos centrales por los cuales se ejecutó esa estrategia de persecución y asesinato: 1) de esa manera se facilitaba la implementación de la Doctrina de la Seguridad Nacional, que exigía flexibilidad y eficacia en la represión de los enemigos internos; 2) el experimento fallido del Camarón para silenciar las disidencia políticas (el 16% de los amnistiados luego del Camarón fueron desaparecidos luego del golpe de 1976).

        Una parte significativa del Poder Judicial durante la dictadura en la Argentina fue activa  en su colaboración con el régimen -no solo complaciente o apolítica- 1) denegación sistemática de hábeas corpus; 2) confirmación de las normas de facto represivas: 3) reticencia a investigar seriamente los crímenes; 4) instrucción de causas fraudulentas para extorsionar a empresarios en complicidad con las fuerzas de seguridad; 5) sanciones a jueces independientes; 6) participación en maniobras de ocultamiento de cadáveres y las razones de las muertes; 7) apropiación de niños nacidos en cautiverio; 8) intervención en tribunales militares para condenar civiles; 9) colaboración para interrogar y torturar a detenidos; 10) delación de los abogados comprometidos con el reclamo de las víctimas.

        Este Estado de excepción fue positivizado, pues constituyo el argumento utilizado para sustentar el ordenamiento jurídico de la dictadura, que subordino la Constitución Nacional a la voluntad de las Fuerzas Armadas, todo lo cual fue confirmado por la jurisprudencia nacional.

         La Corte Suprema estableció abiertamente  que las Actas Institucionales y el Estatuto para el Proceso de Reorganización Nacional eran normas que se integraban a la Constitución en la medida en que subsistieran las causas que habían dado legitimidad a esas misma normas de facto.

        Esta situación también se invocó para justificar la extensión del estado de sitio, la convalidación de la justicia militar para juzgar civiles, la suspensión del derecho de opción a salir del país y la lesión del debido proceso, entre otras garantías constitucionales.

        Los regímenes represivos se han servido de los jueces para sus propósitos criminales, en primer lugar porque los jueces pueden ser utilizados para ejercer un férreo control social y marginar a los opositores, luego, los jueces también pueden forjar y reforzar la legitimidad de ese mismo tipo de gobierno, sea contribuyendo a que este racionalice el uso de la fuerza o transmitiendo la imagen de que la división de poderes y el estado de Derecho son respetados en el país.

        El Poder Judicial argentino desempeño un papel decisivo en la estrategia represiva del gobierno y en el intento de legitimarlo, legal e institucionalmente. La CSJN y numerosos tribunales inferiores ratificaron la validez jurídica del golpe, la arrogación del poder constituyente y las normas represivas que había dictado la Junta Militar, mientras desamparaban a las víctimas y desconocían la dimensión sistematiza de las graves violaciones de derechos humanos entre 1976 y 1979.

        La Jurisprudencia de la CSJN parece haber fortalecido la consideración publica domestica hacia la Junta Militar. Los argumentos utilizados por el tribunal alternaban entre la “necesidad de proteger a la nación frente  a la amenaza del avance del comunismo” y un positivismo ideológico que manipulaba los textos de las normas de la dictadura.

        La CSJN legitimó el argumento por el cual se aceptaba la necesidad de ordenar y pacificar al país y el rol que les incumbía en ello a las fuerzas Armadas. La CSJN evaluaba la proporcionalidad entre esos fines y los medios (violaciones a los ddhh), asegurando no conectar los casos, de manera que no se percibiera la dimensión sistémica y planificada del terrorismo de estado.

        La CSJN actuó como contrapeso del poder y al mismo tiempo como fuente de su legitimación.

LA CSJN

        El 24 marzo de 1976, la Junta Militar anuncio el Acta para el Proceso de Reorganización Nacional que disponía la remoción de los miembros de la CSJN, el Procurador General de la Nación y los jueces de los Tribunales  Superiores provinciales.

        El 2 de abril se publicaron los nombres de los nuevos jueces. La tarea fue realizada por la Fuerza Aérea a cuyo cargo había quedado el Ministerio de Justicia.  Para ello la Fuerza Aérea contó con la colaboración del Colegio de Abogados de la Ciudad de Buenos Aires.

        Por Dios nuestro señor y estos santos Evangelios […] desempeñar las funciones del cargo del juez de la Corte […] de conformidad con lo que prescriben los objetivos básicos fijados y el estatuto para el Proceso de reorganización nacional y la constitución Nacional. Según el acta fijando el propósito y los objetivos básicos del Proceso de Reorganización Nacional, los objetivos eran, asegurar: 1) la vigencia de la seguridad nacional, erradicando la subversión y las causas que favorecen su existencia; 2) vigencia de los valores de la moral cristiana; 3) la tradición nacional y la dignidad de ser argentino.

        Gabrielle, Heredia, Rossi, Caride, Videla Escalada, luego Frias, Daireaux, Guastavino, Neil Black, Renom, Gneco y Martínez Vivot. Todos jueces conservadores, posición en defensa de las tradiciones, el derecho de propiedad, el orden y la religión como centrales para la vida social, y a una mirada restrictiva respecto de la libre elección de un plan de vida.

        Como es sabido la CSJN convalido repetidamente usurpaciones del poder democrático. Lo hijo relativamente rápido en “ERCOLI” en noviembre de 1976 (fallos 296:372).

        En el caso de varias intervenciones anteriores a 1976, se trataba de un órgano en funciones que se expedía, incluso fuera del marco de un caso concreto, sobre la legalidad de un nuevo gobierno, esto es lo que sucedió con las Acordadas de 1930 y 1943. La diferencia con el caso de la Corte en 1976 es que los jueces de la dictadura acababan de ser designados.



(Extractos del libro “Usted también Doctor” de Juan Pablo Bojoslavsky)





lunes, 23 de noviembre de 2015

LA CRISIS SEGÚN ALBERT EINSTEIN








" No pretendamos que las cosas cambien, si siempre hacemos lo mismo. La crisis es la mejor bendición que puede sucederle a las personas y países, porque la crisis trae progresos, La creatividad nace de la angustia como el día nace de la noche oscura. Es en la crisis que nacen la inventiva, los descubrimientos y las grandes estrategias. Quien supera la crisis se supera a sí mismo sin quedar superado.

Quien atribuye a la crisis sus fracasos y penurias, violenta su propio talento y respeta más los problemas que a las soluciones. La verdadera crisis, es la crisis de la incompetencia. El inconveniente de las personas y de los países es la pereza para encontrar las salidas y las soluciones. Sin crisis no hay desafío, sin desafío la vida es una rutina, una lenta agonía. Es en la crisis donde aflora lo mejor de cada uno, porque sin crisis todo viento es caricia. Hablar de crisis es promoverla, y callar en la crisis es exaltar el conformismo.

En vez de esto, trabajemos duro, acabemos de una vez con la única crisis amenazadora, que es la tragedia de no querer luchar por superarla"

Albert Einstein  1875-1955




viernes, 20 de noviembre de 2015

RELEYENDO A LOÏC WACQUANT. “PARIAS URBANOS”








No se puede jugar con la ley de la conservación de la violencia: toda la violencia se paga y, por ejemplo la violencia estructural ejercida por los mercados financieros, en la forma de despidos, pérdida de seguridad, etc., se ve equiparada, más tarde o más temprano, en forma de suicidios, crimen y delincuencia, adicción a las drogas, alcoholismo, un sinnúmero de pequeños y grandes actos de violencia cotidiana. (PIERRE BOURDEU)

Durante las dos últimas décadas del pasado milenio, Buenos Aires, - de manera análoga a ciudades del norte avanzado- ha sido testigo del simultáneo florecimiento de la opulencia y la indigencia, la abundancia y la miseria. […] a estos crecimientos extremos de pobreza  y riqueza se suman la multiplicación de las desigualdades entre las cada vez más extensas metrópolis, las pequeñas ciudades y los pueblos rurales.

Dos tendencias interconectadas han reconfigurado el rostro de las ciudades de Europa Occidental en la década pasada. La primera es el pronunciado ascenso de variadas desigualdades urbanas y la cristalización de nuevas formas de marginalidad socioeconómica, algunas de las cuales parecen tener un componente “étnico” distintivo y alimentar (y alimentarse) de procesos de segregación espacial y agitación pública. La segunda es la irrupción y diseminación de ideologías y tensiones etnorraciales o xenófobas como consecuencia del aumento simultaneo de la desocupación persistente y el asentamiento de poblaciones inmigrantes antes consideradas como trabajadores de residencia temporaria.

Las estructuras de esta “nueva pobreza”(Marklud, 1990) distan de estar plenamente dilucidadas, pero sus manifestaciones empíricas exhiben una serie de notorios factores comunes que superan las fronteras nacionales. El desempleo de larga data o la actividad ocupacional precaria, la acumulación de múltiples privaciones en los mismos hogares y barrios, el achicamiento de las redes sociales y el aflojamiento de los lazos sociales, y la dificultad de las formas tradicionales de seguro social y asistencia pública para remediar o poner un freno a las penurias y el asilamiento: todas estas situaciones pueden observarse, en grados diversos, en todas las sociedades avanzadas. De manera similar, a lo ancho y lo largo del continente existe hoy una preocupación creciente por el desarrollo del “racismo europeo” y se renuevan las teorías sobre sus vinculaciones históricas o funcionales con la inmigración, la crisis del orden nacional y diversas facetas de la actual transición económica posfordista.

La coincidencia de nuevas formas de exclusión urbana con la rivalidad y la segregación etnorraciales dio credibilidad prima facie, a la idea de que la pobreza europea se está “norteamericanizando”. […]. Esto es visible en la preocupada y confusa discusión pública en Francia –y en otros países, como Bélgica, Alemania e Italia- sobre la presunta formación de “ghetos” de inmigrantes en barriadas obreras deterioradas que albergan grandes zonas de viviendas para personas de bajos ingresos, conocidas como “cités.

Cualquier sociología de la “nueva pobreza urbana” en las sociedades de avanzada debe comenzar con la mención del poderoso estigma asociado a la residencia en los espacios restringidos y segregados, los “barrios del exilio”.

“El mundo de las cités está dominado por un sentimiento de exclusión que se manifiesta ante todo, en los temas de la reputación y el desprecio. […] Existe un verdadero estigma de las cités”(François Duhet y Didier Lapeynomnie).

Los “barrios del exilio” en que quedan cada vez más relegadas las poblaciones marginadas o condenadas a la superfluidad por la reorganización posfordista de la economía y del Estado. No solo porque es posiblemente la característica más saliente de la experiencia de la vida de quienes son instalados o quedan atrapados en esas áreas, sino también porque este estigma contribuye a explicar ciertas similitudes en sus estrategias de enfrentamiento o escape y, con ello, muchos de los factores comunes transnacionales de superficie que dieron una validez aparente a la idea de una convergencia transatlántica entre los  “regímenes de pobreza” de Europa y Estados Unidos.

[…] Las cités de la periferia urbana francesa padecen una imagen pública negativa que las asocia instantáneamente con la delincuencia, la inmigración y la inseguridad sin freno, tanto es así que sus residentes, así como quienes no viven en ellas, las llaman casi universalmente…”pequeñas Chicagos”. Vivir en una urbanización del cinturón rojo para personas de bajos ingresos significa estar confinado en un espacio marcado a fuego, un ámbito mancillado que se experimenta como una trampa. Así los medios y los propios residentes se refieren a los “vaciaderos”, “basureros de París” o “reservación’, muy lejos de la designación burocrática oficial de “barrio sensible” usada por los funcionarios públicos a cargo del programa estatal del renovación urbana. En años recientes, la mala prensa de la estigmatización aumento de manera pronunciada con la irrupción de discursos sobre la presunta formación de las llamadas cités guetos, ampliamente (mal) representadas como bolsones crecientes de pobreza y desorden árabes”, sintomáticos de la incipiente etnicización del espacio urbano de Francia.


[…] Lo cierto es que los moradores de las cités tienen una vívida conciencia de estar “exiliados” en un espacio degradado que los descalifica colectivamente. El complejo de las Quatre Mille, es un “monstruoso universo” que sus habitantes ven como un instrumento de confinamiento social: “Es una cárcel. Ellos (los residentes de segunda generación) están en la cárcel, los engañaron realmente bien”.

La violencia verbal y los hechos de vandalismo de los residentes en las cités o barrios del exilio, deben entenderse como una respuesta a la violencia socioeconómica y simbólica a la que se sienten sometidos por estar relegados de ese modo en un lugar denigrado. Para los residentes de la cité resulta muy poco probable pasar por alto el desprecio de que son objeto, dado que la mancha social de vivir en un complejo habitacional para personas de bajos ingresos, que ha llegado a asociarse estrechamente con la pobreza, el delito y la degradación moral, afecta todos los ámbitos de la existencia, ya se trate de la búsqueda de trabajo o de aventuras románticas, el trato con organismos de control social como la policía o los servicios de bienestar social, o simplemente la charla con conocidos.

Por la cité, uno se siente inferior a los demás, no es como los otros: ellos tienen amigos en la ciudad, fiestas, una casa limpia en la que si hacen algo el agua no entra, las paredes no se vienen abajo. Cuando uno viene de la cité, enseguida tiene una reputación.

La discriminación residencial obstaculiza la búsqueda de trabajo y contribuye a afianzar la desocupación local, dado que los habitantes de las cité se topan con mayor desconfianza y reticencia entre los empleadores tan pronto como mencionan su domicilio. La estigmatización territorial afecta las interacciones no solo con los empleadores sino también con la policía, los tribunales y las burocracias de bienestar social de contacto más cercano, todos los cuales son especialmente susceptibles de modificar su conducta y sus procedimientos cuando están ante un residente de una cité degradada.

En Estados Unidos, el gueto negro tiene una posición similar como símbolo nacional de la “patología” urbana, y su deterioro acelerado desde el levantamiento raciales de mediados de las década de 1960, se considera en vastos círculos como la prueba incontrovertible de la disolución moral, la depravación cultural y las deficiencias de conducta de sus habitantes. Las personas ajenas al gueto lo ven como un lugar misterioso e insondable, propicio para las drogas, el delito, la prostitución, las madres solteras, la ignorancia y la enfermedad mental.

Para los blancos étnicos de Brooklyn, el gueto cercano es una realidad opaca y malvada de la que hay que huir, una selva infestada de animales de piel oscura cuya sexualidad salvaje y familias rotas desafían todas las ideas de conducta civilizada.

Los informes periodísticos y las teorías (pseudo) académicas que han proliferado en procura de explicar el presunto surgimiento de una así llamada infra clase en medio del gueto no hicieron más que acelerar la demonización del (sub) proletariado negro urbano, al apartarlo simbólicamente de la clase obrera “meritoria” y oscurecer –y con ello legitimar retrospectivamente- las políticas estatales de abandono urbano y contención punitiva responsables de su deslizamiento descendente.





jueves, 19 de noviembre de 2015

UN AÑO DISTINTO







Ya se sentía cansado. Por momentos su tiempo se perdía en un pensamiento recurrente que desmenuzaba la idea de jubilarse. La edad le era propicia y la antigüedad le sobraba. Era consciente que su trabajo que tanto amaba, ya lo estaba agotando. Sus energías no le alcanzaban para equilibrar el desgaste de  la balanza.

No tenía el registro de sus últimas vacaciones. Y le significaba todo un esfuerzo recordar algún tiempo de descanso, paseo y placer. Todo había sido su trabajo en la Justicia, esa que tanto le importaba y que tanto costaba concretar.

Luego, su pensar discurría entre la valorización de sus suficientes méritos como para gozar de unas buenas vacaciones y le obsesiva responsabilidad laboral que le impedía abandonar sus tareas.  Los problemas que aquejaban a la gente siempre habían ganado la pulseada frente al descanso y las vacaciones. Pero ya no.

Los últimos meses, día tras días al entrar al Palacio, se preguntaba por que no estaba ya tirado en alguna playa disfrutando del sol y del mar. Ese mar que no conocía y del que tanto le había hablado Octavio.

Tal vez por eso, desde fines de octubre, él supo que el año 2011 sería un año muy distinto.

El despreciable 2010 señaló la partida un par de amigos, de la infancia, de la escuela primaria, de esos que ya eran hermanos desde hace muchísimo tiempo. Sin embargo el golpe más fuerte lo recibió en el mes de Diciembre, mes en que a Octavio se le ocurrió morirse manteniendo a todos bien alejados de su agónico final.

Octavio murió de un cáncer que resultó fulminante, escondido por años, protagonizo una presentación mortalmente contundente y veloz. No quiso averiguar cual.

Aún así, el deceso no fue lo más pavoroso. Lo espeluznante fue que nadie nunca supo de la enfermedad que aquejaba a Octavio, quien la había mantenido oculta hasta el final, incluso  a sus familiares del núcleo más íntimo.

Así, lo sombrío de la  noticia de su muerte, se potencializó por lo espantosamente  sorpresiva e imprevisible…Cómo que se murió Octavio? No me jodan con esas cosas…Como que tenía cáncer?, si nunca nos dijo nada. Todos, absolutamente todos los amigos reaccionaron de similar modo, tan anonadados quedaban por la noticia que las lágrimas no se animaban a saltar de los ojos. Extrañados, entristecidos, aflijidos, apesadumbrados, dolidos.

La última voluntad de Octavio,  que tenía fuerza de sentencia, fue que no se hiciera velorio, ni nada semejante, que nadie lo llorara.. sólo el entierro, en esa parcela del cementerio privado, donde había logrado juntar a todos sus seres amados, partidos en viajes tempranos.

Y todos se quedaron sin poder despedirse, incluso él… sin poder decirle por última vez cuanto lo querían y cuan agradecidos estaban por todo lo que Octavio había hecho por ellos. Desde Juan, que supo de los favores de Octavio, para poder llegar a la Presidencia de la Corte Suprema, como Marcelito, el lustrabotas que todos los días trajinaba los pasillos de tribunales embelleciendo el calzado de todos. La enorme familia judicial estaba en deuda con Octavio. Favores, fallos memorables, jurisprudencia innovadora, ejemplo de dignidad.

Él, que era el mejor amigo de Octavio entendió la decisión espartana de su hermano. No había duda alguna que Octavio era un espartano, como esos de 300, incluso él también lo era, por eso la comprensión. Y por esa característica compartida fue que tuvo el inmenso privilegio de verlo por última vez y despedirse antes que el féretro se cierre definitivamente. Los familiares de Octavio, le brindaron esa inmensa oportunidad en reconocimiento y respeto a la leal amistad que los unía Ya no había dudas, el 2011 sería definitivamente un año distinto. Un año de terrible ausencia.

Octavio era SU MEJOR AMIGO, así con mayúsculas….a lo largo de casi toda la vida habían estado juntos, tanto en lo laboral como en lo afectivo.

La mayor cantidad de hechos relevantes, tanto de su vida como de su carrera judicial, lo tenían a Octavio como protagonista o participante destacado. Juntos había caminado los pasillos de Tribunales, desde las remotas edades de mayor juventud, hasta las más cercanas de la vejez compartida,  Juntos descubrieron los secretos de los procedimentos y declararon la voluntad de las leyes.

Ambos eran apasionados de la justicia, Octavio con una leve inclinación dogmática por el Derecho y él un tanto más pragmático, por las soluciones novedosas y equitativas.

La Justicia Penal los transformó en un dúo memorable, reconocidos y respetados hasta por sus férreos enemigos conservadores de la  corporación judicial.

Para el 2010, con más de 40 años de servicios, generaciones de magistrados y empleados judiciales sabían de sus batallas judiciales y de sus logros justicieros. Nadie faltaba a sus memorables debates en la facultad, y eran varios los que seguían sus informales charlas en el café frente a tribunales.

Nada de todo eso importaba ahora, la historia estaba terminada. Sin Octavio de acompañante, él ya no proseguiría en esa aventura judicial.

La partida de Octavio lo desvasto, lo dejo sin ganas. Sin el Amigo del alma, sin el Amigo de toda la vida ya no tenía sentido proseguir…por eso la idea de su jubilación rápidamente fue tomando la forma de una concreta realidad.  El 2011 sería sin dudas un año distinto.

Nunca registro el momento exacto en que lo decidió, pero por primera vez en una inmensidad de años, el mes de enero lo encontró de vacaciones. Todo el personal de feria comentaba asombrada la novedad. Como que se fue de vacaciones? Como que no viene? Que esta de vacaciones? No no no puede ser……

Luego de ajustar unos detalles, dada su inexperiencia en vacacionar, finalmente dejo el perro en lo de su hermana y con su impecable coupe fuego color rojo se descubrió recorriendo los kilómetros de la ruta 2, que ahora era autopista –él  recordaba sus viajes de sólo mano y contramano-.

El destino final era Pinamar. Su hermana entusiasmada,se había ocupado de reservarle una habitación en la mejor de las posadas por todo el mes de enero, lo que incluía una carpa en uno de los mejores balnearios de la ciudad.

Luego de recorrer asombrado las nuevas rutas, finalmente llegó a la ciudad costera, acomodó sus cosas y tímidamente fue obteniendo la información suficiente para gozar su primer día de vacaciones en años y su primer experiencia con el mar en su vida. Tenía frescos las innumerables charlas con Octavio sobre el balneario, por lo que estaba seguro de no cometer torpes errores de protocolo y buen gusto.

Primero observó el lugar, saludo a los circunstanciales vecinos y finalmente opto por llevarse una sillita, a la playa misma, ahí junto al mar. Quería experimentar esa sensación de placer que mil veces le relatara Octavio, de apreciar el mar sentado, dejando que la espuma de las olas llegaran a la punta de sus dedos.

Sintió el poder del mar ascendiendo por sus pies a todo su cuerpo, el placer fue tan grande como la inmensidad de esa masa de agua salada en permanente movimiento.

Y no pudo más, venciendo su timidez y su exacerbado temor al ridículo, tomó coraje y se adentró lentamente hasta el lugar donde la olas rompían.

La baja temperatura del agua le hizo recordar partes de su cuerpo que ya tenía olvidadas, pero el placer pudo más.

Al instante y ajeno del resto del mundo, se observó disfrutando como un niño el embate de las olas. Aunque le costó mantener en pie su dignidad, nadie notó que era su primera vez. Si definitivamente ese iba resultar un año distinto.

Cumpliendo las recomendaciones de Susana, regreso a su silla para tomar sol y su cuerpo estalló en una segunda experiencia de inmenso placer. Se relajo, y dejo a su mente librada al azar de la melancolía.

Observando a los turistas, fue ubicando las exactas descripciones y categorizaciones que Octavio le narrara con tanta exactitud. Todos estaban allí: los piratas, los garcas, los nuevos ricos, los enamorados, la familia, el facho, el progre, el porteño, el del interior….los bebés, la abuela gorda, la esposa insoportable, el marido impresentable. Nadie había faltado, todos se hicieron presentes para que él pudiera gozar unas excelentes vacaciones, y se sentía feliz por ello.

En un instante sintió que todo eso que se sumaba a su vida, si bien placentero, nunca podría equiparar su terrible pérdida.

No le preocupó el temblor de su brazo, quiso entender que el frío le estaba jugando una treta. Cuando sintió su pierna entumecida, se prometió comenzar una rutina de caminata cuando llegara a su hogar…Decidió quedarse un rato más, como si quiera absorber de un solo intento todo el poder del mar, junto a todo el calor del brillante sol.

Cerró sus ojos y la nostalgia lo traicionó. En ese momento de acompañada soledad, la imagen de su amigo se agigantó por lo terrible de su ausencia. Lo extrañó, lo extrañó con un inmenso dolor. Lo extrañó con lágrimas en los ojos y con impotencia en sus músculos. Por un momento sintió que su cuerpo ya no le respondía. Imagino que tan bueno hubiera sido poder compartir con Octavio  esa maravilla de lugar.

Nunca pudo entender por que la gente se arremolina a su alrededor. En un silencio abrumador observaba a la gente hacer ampulosos gestos de gritos ensordecedores.

No hubo posibilidad alguna, los médicos que lo atendieron nunca pudieron reanimarlo y apesadumbrados por el fracaso, lamentaban su mortal suerte.

El infarto sin embargo le devolvió la alegría. Para su suerte ya estaba transitando el  camino para encontrarse con Octavio.